AVALON

Los mitos artúricos revisten de un aura de leyenda a sus protagonistas y lugares y constituyen una de las manifestaciones supremas del misticismo romántico que suelen envolver este tipo de legado mítico.Todos hemos soñado alguna vez con empuñar la poderosa Excalibur para imponer tan bellos ideales como los que persiguen el rey Arturo y sus caballeros de la Tabla Redonda.Arturo representa el ideal de gobernante honesto, desprendido, noble, caballeroso y sabio frente a la barbarie dominante en la Bretaña de su época.Aunque no se puede descartar definitivamente su existencia real, lo cierto es que a lo largo del siglo V, cuando ya se percibía el ocaso del otrora invencible imperio romano, hubo un caudillo sajón que aunó y lideró a sus paisanos imponiendo un relativo orden y prosperidad en los contornos de su jurisdicción.

Todo lo que envuelve a Arturo está sumido en una neblina inescrutable, máxime cuando apenas aparecen vestigios arqueológicos que puedan aseverar la veracidad de su existencia.Excalibur, Ginevere, Merlín, Lancelot, Tristan, Camelot, son de la misma manera intangibles retazos de la misma historia fabulosa.La tradición celta narra como al morir Arturo en la batalla de Camlann, su cuerpo fue transportado a la isla de Avalon, en gaélico literalmente isla de las manzanas, la entrada al mundo de las hadas, para su reposo eterno.

Una de las hipótesis que se barajan a la hora de situar la isla de Avalon sobre el mapa es la del Tor de Glastonbury, Somerset, Sudoeste de Gran Bretaña.Consiste en una colina, apenas 145 metros por encima de la planicie a sus pies, de forma cónica(céltico tor) que en la actualidad está coronada por lo que queda de la última abadía de Glastonbury, la restaurada torre de San Miguel.Parece que el primer cenobio se estableció sobre los restos de un recinto fortificado datable en el siglo V, contemporáneo del caudillo sajón, que a su vez fue erigido sobre un asentamiento neolítico del que se han hallado numerosos útiles de piedra y varios enterramientos.Todo esto no hace sino poner de manifiesto la notoriedad histórica de la supuesta Avalon.

Para añadir algún otro aliciente romántico a la visión del Tor de Glastonbury como la legendaria Avalon, es justo reseñar que la colina estuvo rodeada, hasta su desecación y drenaje por obra de monjes medievales, de tierras anegadas por extensos pantanos y marjales que la convertían en una isla tierra adentro.El hallazgo, se estima fraudulento e interesado, de un ataúd de roble con la inscripción Hic jacet sepultus iclitus rex Arthurus in insula Avalonia convirtió el Tor en lugar de peregrinaje en el Medioevo.Podemos evocar imaginarias escenas de unos escogidos caballeros, pesarosos por la muerte de su egregio soberano, cabalgando a través de densas brumas, chapoteando en infectos pantanos, llegando finalmente a la vista del soberbio Tor, como un poderoso bastión enhiesto, donde iba a descansar por los siglos de los siglos el cuerpo de áquel que soñó y luchó por un elevado ideal.Digno sepulcro para tal rutilante personalidad.

Saludos.

SAN PANTALEON

Como cada año por 27 de julio, dentro de la ampolla que guarda una pequeña porción de sangre del mártir cristiano San Pantaleón(siglo III), que desconocemos por qué oscuro misterio ha llegado hasta nuestros días sin merma ni corrupción, se obra un milagro consistente en la licuefacción de la misma, fenómeno para el que no existe una explicación científica, o al menos esta es la versión que encuentra mayor difusión.Llueva, truene, granize o luzca un achicharrador sol, el hecho es que año tras año, siglo tras siglo, a lo largo de ese día tan señalado ese residuo sanguíneo, sea de quién sea, vuelve por unas horas a su estado líquido original.

Un poco más al norte del monasterio matritense en el que se encuentra depositada tan sagrada reliquia, dentro de la comarca burgalesa de las Merindades, en el valle de Losa, se halla la ermita románica de San Pantaleón de Losa, en la localidad del mismo nombre.Encaramada sobre el indomable lomo de una vertiginosa peña, cuya curiosa silueta recuerda al espolón y proa de un navío, la ermita domina el paisaje circundante desde una atalaya natural privilegiada que le sirve asimismo como parapeto inexpugnable.

Dentro del exigüo templo, fruto de múltiples remodelaciones y reconstrucciones a lo largo de los siglos desde su consagración en 1207, resaltan las escenas relativas a los tormentos que debió sufrir el santo decorando bajorrelieves, motivos escultóricos de capiteles, pórticos y ventanales.Parece un digno pedestal para un ser humano del que se dice que cuando finalmente fue decapitado de sus venas brotó leche en vez de sangre.Los que han visitado el templo afirman que el esfuerzo merece la pena, es preciso superar una abrupta pendiente para alcanzar la cima de Peña Colorada.De Trespaderne vengo, a Quincoces voy, y entre medias bien vale una demora San Pantaleón.Que no sólo de Cantharellus vive el hombre.

Saludos.

PRESION DE VAPOR

Una hipersensibilidad olfativa me ha predispuesto, además de estar ciertamente dotado de un apéndice mayúsculo, desde siempre a percibir todo tipo de estímulos odorizantes.Al igual que muchos animales me sorprendo a menudo venteando, rastreando la fuente que produce un determinado olor.No es de extrañar, pues, que sea el olfato mi sentido más desarrollado, en el completo sentido de la palabra.

Al hilo de tales sensaciones, me he preguntado muchas veces cual es el fenómeno físico que desencadena esa percepción de un olor, una fragancia, un aroma o una pestilencia.Trasladada la cuestión a un compañero de trabajo circunstancial, supongo que él me sabrá perdonar esta licencia, titulado en Físicas, quedó resuelto el enigma.Aunque la verdad huela, es la verdad, mal que me pese.

Resulta que existen procesos que permiten el cambio de estado de agregación de una sustancia a partir de unas condiciones de presión y temperatura.Se entiende como presión de vapor a la presión atmosférica que es necesario aplicar a una sustancia en estado sólido o líquido para su transformación en materia gaseosa.Lo que significa que un cuerpo gaseoso está compuesto por las mismas partículas que su equivalente sólido o líquido, sólo que dispersas y desordenadas espacialmente.Supongo que ya habrán deducido que lo que entendemos como olor no deja de ser una impresión gaseosa que produce una sustancia al impactar contra la pituitaria nasal.Aunque una gran parte de los cuerpos en estado sólido posee presiones de vapor a temperatura ambiente inapreciables, en otros casos, por el contrario, esas presiones hacen factible la emisión de gases procedentes de fuentes concretas.

Ahora, cada vez que vean algún corpúsculo informe, verbigratia deyección, en cualquier calle o jardín de su ciudad o pueblo, hagan el esfuerzo de taparse la nariz.Parece que un chorizo también puede degustarse a través de las fosas nasales.¡Rico, rico! que diría Arguiñano.

Saludos.

OLENTZERO

Navidad, ese período del año que tanta importancia cobra dentro de nuestro marco occidental de raices cristianas, tiempo de renovación, de promesas, no todas se cumplirán, de deseos e intenciones que superan los actos, de felicidad decretada y consumismo exacerbado, más si cabe de lo habitual.Esa suprema aspiración personal de renovación, de renacimiento ante la realidad de un nuevo año parece que, desde postulados considerados paganos, fue acertadamente asimilada por la Iglesia Católica, otra destacada muestra de aquello de que si no puedes con tu enemigo, únete a él, una ancestral celebración de muchas sociedades precristianas referente al solsticio de invierno.

En la tradición cristiana, son los Reyes Magos de Oriente quienes simbolizan esa apuesta por el cambio.Posteriormente, surgirán figuras como San Nicolás, trasunto de los contemporáneos Papá Nöel y el anglosajón Santa Claus.Personajes bonachones, nobles, corpulentos, dotados de excelsa sabiduría siempre dispuestos a repartir su carga de presentes allá donde un niño pueda ilusionarse con la expectativa de un regalo.Repartidores de una alegría que, desgraciadamente, no todos los niños del mundo podrán experimentar, ni siquiera quizás sepan de su existencia ya sea real o ficticia.

Un pueblo de tan hondas tradiciones como el vasco también cuenta con su propia figura simbólica para estas fechas en las que nos encontramos.De oficio carbonero, en íntimo contacto con la espléndida naturaleza vasca, en los albores irreductible desafecto de la infancia que por arte de sincretismo se convierte en un bondadoso grandullón con un enorme saco lleno de regalos para esos niños que en otro tiempo le eran desagradables, el Olentzero es ansiosamente esperado por miles de pequeños vascos cada Navidad.A buen seguro que a más de uno le ha dejado un regalo que no por inesperado es menos deseado.Agur, Olentzero, agur.

Olentzero joan zaigu

mendira lanera

intentzioarekin

ikatz egitera.

Aditu zuenean,

Jesus jaio zala

lasterka etorri da,

berri ematera.

Horra horra,

gure olentzero!

pipa hortzetan duela,

eserita dago.

Kapoiak ere baditu,

arraultzatxuekin,

bihar meriendatzeko

botila ardoakin. (bis)

Olentzero, Buru handia,

entendimentuz jantzia.

Bart arratsean

edan omen du,

hamar litroko botila.

Ai, hau dek tripa handia!

TRALARARA TRALARARA... (bis)

Saludos.

BLANCO AMOR

Respecto de lo que se conoce como generación literaria del 27 tengo una noción bastante superficial por la que tenía entendido que una gran parte del elenco de escritores que compusieron aquella gloriosa nómina fueron esencialmente poetas, cultivadores del verso como García Lorca, Alberti, Salinas, Alexandre, Cernuda o Guillén entre otros.Algunas de las más bellas poesías en lengua castellana han brotado de su puño y letra.García Lorca suele considerarse uno de los más excelsos vates que haya dado este país de países que es la piel de toro.

Héte aquí un exiguo novelista gallego, aunque desconozco si exhaustivamente podría considerarse miembro de tal constelación literaria, de nombre Eduardo Blanco Amor, coetáneo de aquellos, incluso llegó a entablar una profunda amistad con el insigne Federico, cuya producción prosística, en su mayor parte escrita en su lengua vernácula, el gallego, merece una mención en este blog.Como tantos gallegos de aquellos días se vio abocado a la emigración, Buenos Aires, donde se desarrolló una parte importante de su vida y su obra, desde 1919 hasta su definitivo retorno a su terruño en 1965, con largas estancias en suelo patrio como corresponsal del diario porteño La Nación.

Su obra destila el sabor, olor y color de una tierra como sólo un gallego es capaz de reflejar allá donde vaya.En Los Miedos(1936) queda perfectamente retratado el universo rural gallego, con sus acendradas supersticiones, sus milenarias tradiciones, su excepcional marco natural.Sin olvidar su detallada descripción de un modelo social vigente en su tiempo, donde quedan subrayadas las desigualdades, que no son obstáculo para el mantenimiento de unas fluidas relaciones entre los diferentes estratos que componían aquella sociedad eminentemente agropecuaria.Y por encima de todo, la visión relativamente inocente de un niño preadolescente que presagia la llegada de nuevos miedos a los que deberá enfrentarse en el futuro.Superchería y realidad se dan la mano para introducir al imberbe en la madurez de la edad adulta, con todas sus consecuencias.No todas ellas edificantes, por cierto.Lean la novela y lo verán.

Saludos.

60 SEGUNDOS

60 segundos.Exactamente el tiempo que media entre un minuto y el siguiente.Un tiempo infinitesimalmente apreciable dentro de la existencia humana.Remotamente mucho más inapreciable en términos cosmológicos.En apenas 60 segundos mientras que uno ha vaciado su vejiga, otra ya ha ingerido sus dos primeros cafés del día, algún otro incluso los ha dejado pasar sin pena ni gloria.A esos 60 segundos, le seguirán otros tantos y así sucesivamente, creando esa realidad inaprensible, como arena que se escapa por entre los dedos de una mano, que es el tiempo.

No obstante, la percepción temporal del paso de esos 60 segundos varía considerablemente en función de ciertos parámetros.Para un ser humano un minuto apenas representa un momento puntual respecto a su dilatado período existencial.Sin embargo, para un mosquito, cuya vida se estima en menos de 24 horas, un minuto puede llegar a ser un lapso de tiempo relativamente importante.En términos geológicos, un minuto es apenas un irrisorio suspiro dentro de los prolongados ciclos que rigen la orogénesis y otros procesos geomorfológicos.Por el contrario, si buceamos dentro del ámbito subatómico de la materia, resulta que un fotón de luz puede encontrarse, despues de 60 segundos, a la friolera de 18.000.000 kilómetros de distancia de su punto de partida.En esos mismos 60 segundos, en el interior de la estructura de cualquier átomo pueden estar creándose y destruyéndose un número infinito de partículas subatómicas con unos tiempos de vida media que rondan los microsegundos.

Lo único inamovible dentro de todo este conglomerado de situaciones es que esos 60 segundos transcurren inapelablemente porque el tiempo, al menos de momento y a escala macroscópica, no puede ser reversible, se desplaza en una sola dirección y esa es su cualidad identitaria.A más de uno le habrá llevado sus buenos 60 segundos leer este burdo infundio.Espero que vuelva a perder alguna otra vez otros 60 segundos.Total, son sólo eso, 60 segundos.

Saludos.

6,25

A medida que la práctica del baloncesto profesional europeo, siendo el español vanguardista en este aspecto, ha progresado admirablemente en las últimas décadas, de manera que la propia NBA presta atención privilegiada a lo que se cuece en las canchas de este lado del Atlántico, se percibe una tendencia cada vez mayor a realizar lanzamientos a canasta más y más lejanos de la misma.Y todos los equipos ansían un tipo de jugador polifacético, todoterreno, que conoce y domina varias facetas del juego, entre ellas el lanzamiento certero a canasta, la salsa del baloncesto.

Hace años era infrecuente encontrar en las competiciones europeas, nacionales o internacionales, jugadores de elevada talla capaces de anotar desde lejos de canasta.Aquellas gloriosas excepciones como Arvidas Sabonis, Antonio Martín o Toni Kukoc han cedido el testigo a toda una troupe de completos atletas tan diestros en el arte de la anotación como lo puedan ser jugadores menos espigados y más flexibles.Una linea forma la frontera que delimita las áreas de lanzamiento de dos y tres puntos, a una distancia situada, en el universo del basket regido por la FIBA, a 6,25 metros del aro.Una linea más allá de la cual se obtiene un rendimiento superior cifrado en un 50 % respecto a la puntuación normal y que la convierte en un suculento objetivo para el equipo que ataca el aro rival.

La linea de tres puntos cuenta con sus acérrimos defensores y con no menos fanáticos detractores.Los unos destacan la enorme riqueza que aporta al juego, abriendo un sinfín de posibilidades soportadas por una concepción mucho más dinámica y variable, por tanto imprevisible, de los sistemas de ataque.Claro que una excesiva decantación de las escuadras hacia el lanzamiento más allá del arco contribuye a reducir otras virtudes que adornan este espectacular deporte, fundamentos técnicos tan esenciales como el bote, la penetración o los movimientos de los pivots en la pintura.

Presenciando un partido de liga regular en ACB se puede constatar que muchos equipos lanzan casi tanto de tres como de dos puntos, cuando no más, incluso es sorprendente apreciar que el acierto es superior desde más allá de los 6,25 metros.Como amante del basket y como espectador fiel, estimo que algunas veces uno llega a aburrirse con tanto lanzamiento lejano por lo que escatima al espectáculo, obviando y limitando considerablemente las opciones de los jugadores que luchan debajo de canasta por una posición ventajosa.Podría ser beneficioso retrasar la linea a la distancia que se sitúa en la NBA, 7,20 metros, aunque, tal y como ha sucedido con los 6,25 sería cuestión de años que los aleros venideros consiguieran suficiente destreza para que tal distancia no suponga un impedimento a la hora de lanzar a canasta.No es cuestión baladí.Que le pregunten a los publicistas de Carrefour.

Saludos.

SICALIPSIS

Fuentes acreditadas afirman que el abanico léxico que manejamos habitualmente se reduce a pasos agigantados, de forma que no es extraño que las nuevas generaciones no sean capaces de expresarse con la corrección que implica claridad expresiva.En la era de la tecnología, de la automatización de procesos, de la supremacía de la inteligencia artificial, paradójicamente la herramienta de comunicación humana por excelencia, exclusiva de nuestra especie, el lenguaje, experimenta una progresiva regresión, más si cabe relacionada con el abandono voluntario, la pereza o indolencia en su uso.Ante tal circunstancia, son incontables los vocablos que no sólo una persona no empleará a lo largo de su vida, sino que ni siquiera conocerá de su existencia, mucho menos su significado.

Más de una vez hemos escuchado de otros labios, al menos es mi caso particular, pronunciar la palabra sicalíptico, sin tener otra idea concreta de su contenido semántico que no sea la deducida a través del contexto en el que se sitúa su fraseo.Puestos al habla con la máxima institución de nuestra milenaria lengua, ésa que pule y da esplendor al castellano, encontramos la siguiente definición:

sicalipsis.

(Del gr. σῦκον, higo, y ἄλειψις, acción de untar, frotar).

1. f. Malicia sexual, picardía erótica.

Héte aquí que el tal sicalíptico viene a resultar un trasunto de pícaro, algo a lo que no es ajena la raza ibérica, ya desde antiguo.En cuestión de picardías, las féminas pueden ser a la vez objeto y sujeto de la mismas.Nada impide que los componentes del sexo masculino, XY, lo puedan ser del mismo modo, aunque por lo común, es el hombre un libidinoso libertino que azuza su propio deseo sexual mientras que la mujer no suele conocer otro sujeto de picardías que no sea ese escueto y vaporoso trapito que dispara las fogosas fantasías de muchos varones.Pícara tú, pícaro yo, entre pícaros anda el juego.¿Seguimos jugando o nos plantamos?.

Saludos.

RUSCO

Obviamente existe un nexo fonético que de alguna manera me une al nombre de esta planta, familia de las liliáceas, tan escabroso y malsonante como uno pueda parecer y, además, lo sea para desgracia de los que me rodean.Las concomitancias se detienen en este punto, ni siquiera se atisba un asomo adoptivo desde rusco a su homólogo patronímico conquense o alcarreño que parece proceder de una deformación de su original euskaldún, suficientemente documentado.

Aliteraciones aparte, el rusco es un arbusto perenne primo hermano del espárrago que crece al amparo de las umbrías de bosques y roquedos, cuyos frutos en bayas rojizas, muy similares a las del acebo, los convierten en un estimable sucedáneo navideño del anterior, motivo por el que son objeto de rapiña y cada vez más raros en la naturaleza.Además de su carácter suntuario y ornamental se conocen algunos usos medicinales del rusco como el tratamiento de varices y hemorroides.

Posee una particularidad única, al igual que su homónimo heráldico, que consiste en que carece de hojas propiamente dichas.Lo que parecen hojas son realmente tallos aplanados de los cuales brotan flores y frutos.Una estampa única en el mundo vegetal que se conoce con el nombre de filoclado.¿Para que se necesitan hojas cuando los tallos se bastan y se sobran para fotosintetizar?.¡Oh, rusco, loada sea tu capacidad de ahorro!.

Saludos.